El puente sobre el río Tárcoles es una parada obligatoria para los turistas que deseen visitar el Pacífico Central. En este lugar se pueden observar una gran cantidad de cocodrilos —algunos de hasta 3 metros de largo—, convirtiendo a este río como uno de los más densamente poblados por estos reptiles en el mundo.
Este volcán está activo y no solo posee uno de los cráteres más grandes del mundo, sino que está ubicado en los bosques montañosos de la Cordillera Volcánica Central, por lo que cuenta con magníficos paisajes naturales. Este lugar permite recorrer sus atractivos a través de una extensa red de senderos.
La reserva Natural Cabo Blanco, creada en 1963, está ubicada en el extremo de la península de Nicoya. No hay unas infraestructuras muy desarrolladas, pero precisamente por esa razón permanece más natural y menos frecuentada. Llegar hasta allí es toda una aventura, pero merece la pena.
Situado en la parte meridional de una meseta en la costa oriental de la península de Nicoya, Montezuma es un pueblecito lleno de encanto y personalidad propia, ajeno aún al ajetreo del turismo masivo. Para llegar se puede tomar el ferry a Paquera y posteriormente continuar por carretera a través de Tambor y Cobano. Otra alternativa es coger un barco desde Jaco a playa Montezuma.
El Ecocentro Danaus es una Reserva Ecológica privada donde se desarrollan programas de conservación, capacitación, educación ambiental y producción sostenible. A través de los senderos es posible observar en su estado natural gran variedad de plantas y animales silvestres, una naciente de agua de importancia nacional para la anidación y observación de aves acuáticas y un criadero de mariposas. La reproducción de árboles de especies nativas es uno de sus principales objetivos de conservación, así como el rescate de la cultura indígena Maleku, quienes exhiben sus artesanías, brindan información al visitante sobre su cultura y realizan sus ceremonias dentro de la Reserva Ecológica.
