Mucho más que playas paradisíacas
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Playas de ensueño, fondos marinos repletos de vida, corales únicos en el mundo, y todos los deportes náuticos a tu alcance: buceo, windsurf, esquí acuático, kayak, navegación a vela... Si lo tuyo es vivir el mar a tope, has encontrado en Isla Mauricio tu lugar ideal.
No pierdas la ola
Para disfrutar del buceo, nada como la zona norte de la isla por la profundidad de sus aguas. Holt Rocks, un paraíso de percas doradas, peces payasos y morenas, y la Fosse aux Requins, lugar de concentración de tiburones coralinos, de aletas y puntas negras, son un escenario perfecto para avistar estos animales entre octubre y marzo.
Durante todo el año, el tramo de la costa oeste entre Flic en Flac y Le Morne Brabant es un escenario también ideal para bucear. Si eres aficionado al esquí acuático, el windsurf o el kayak, en Isla Mauricio cualquier temporada es buena para que te lances a disfrutarlos y, de hecho, se celebran pruebas mundiales de estas especialidades durante todo el año.
En cuanto al kitesurfing, Mauricio es uno de los destinos internacionales más populares entre los entusiastas de este deporte: de Anse la Raie y Cap Malheureux en el norte a Poste Lafayette y Belle Mare en el este, pasando por Pointe d’Esny, en el sur, no te faltarán en Mauricio lugares de categoría mundial donde disfrutar de tu pasión, pero hay una ubicación que destaca por encima de todas: Le Morne, en la costa oeste, con su recortado tramo de litoral, repleto de fotogénicos rompientes y salientes.
Para auténticos marinos
Mauricio, tanto por su condición de isla como de antiguo cruce de caminos para marinos de todas las civilizaciones, no se entiende sin la navegación. Descubrirás en primera persona la riquísima tradición naútica al pasear por sus puertos y contemplar las tradicionales piraguas de madera con velas de vivos colores, con las que muchos mauricianos siguen saliendo cada amanecer a pescar pero, sobre todo, y al igual que hacen viajeros de todo el mundo, si eres tú quien se echa a la mar. La navegación a vela te permite disfrutar del Índico en excursiones de un día que ponen rumbo a las pequeñas islas más próximas. Se pueden alquilar con o sin tripulación, pero no olvides que, en época de ciclones, de diciembre a abril, no se organizan excursiones más largas por la fuerza de los vientos. Vinculada también a los veleros, la pesca deportiva ha alcanzado grandes cotas de popularidad entre los turistas y es ya uno de los grandes atractivos de Isla Mauricio. En las aguas más profundas, fuera ya de la barrera coralina, es habitual pescar atunes, barracudas y bonitos (en época de captura), aunque el marlín, que puede llegar a pesar unos 180 kilos, es el pez tropical más buscado y todos los años, en diciembre, se celebra un campeonato mundial que atrae a numerosos visitantes. Uno de los mayores santuarios de la pesca de altura se encuentra en Mauricio, en el entorno de Le Morne, mar adentro, debido a que el fondo marino es más pronunciado -unos 700 metros de profundidad-, y las corrientes atraen a los peces más pequeños, que constituyen la comida favorita de los grandes predadores marinos. Más cerca de los arrecifes es relativamente sencillo encontrar meros, barracudas y algunas especies de tiburones, como el tigre, el blanco, el peregrino y el azul. Rivière Noire, Le Morne, Flic en Flac, Trou aux Biches y Grand Baie son los lugares por los que debes navegar.
NATURALEZA
Más allá de los tópicos -reales en el caso de Mauricio- que emparejan a la isla con escenas de playas sin fin y corales únicos en el mundo, hay otra Isla Mauricio que aguarda agazapada en su interior volcánico, de agrestes cañones e inmensos bosques: Un auténtico universo de especies endémicas y obras maestras de la naturaleza que te mostrará sus tesoros de tal modo que sentirás que eres la primera persona de la historia en contemplarlos.
La isla de los Ciervos
Alrededor de Isla Mauricio se despliegan más de veinte islotes e islas paradisíacas como l’ille aux Bénitiers o Isla Rodrígues, pero ninguna te sorprenderá tanto como la Isla de los Ciervos. Esta isla de 300 hectáreas te maravillará por sus playas de arena extremadamente blanca en un mar cristalino que forma piscinas naturales de color azul cobalto sin olas. Podrás disfrutar en ella de un espectacular campo de golf, aunque lo que abunda son las opciones para sentir el mar: windsurf, motos acuáticas, embarcaciones, piraguas... Puro hedonismo en uno de los escenarios naturales más privilegiados del océano Índico.
El reducto más virgen
Isla Mauricio cuenta con dieciocho parques nacionales y reservas naturales, todo ellos ubicados en islas e islotes marinos y en la zona costera. La única excepción terrestre es el Parque Nacional de Black River Gorges, el último reducto verde y virgen de Mauricio, con 60 kilómetros de senderos. El parque es un lugar muy popular entre los amantes del trekking. Muy cerca se encuentra la cascada de Chamarel, sobre un escarpado espectacular que fuera antiguo refugio de los esclavos para huir de su destino final, y que te asombrará como lo hará la Tierra de los Siete Colores. Este enigmático lugar, salpicado de voluptuosos montículos y formas redondeadas por la acción de los vientos, parece un capricho de pintor con toda clase de tonalidades para el que no se ha logrado encontrar una explicación científica, aunque la opinión más extendida nos dice que su formación se debe a las cenizas volcánicas muy ricas en minerales y coloreadas por el efecto de la oxidación. Y a solo 18 kms. del Parque Nacional de Black River Gorges se encuentra Le Morne Brabant, el icono más conocido de Mauricio y Lugar Patrimonio de la Humanidad. La silueta del monte, de 556 metros de altitud, es el marco perfecto para que disfrutes de las playas que se esparcen a sus pies, muy recomendadas para practicar el windsurf y el kitesurf, ya que el viento sopla en este mágico rincón casi todo el año.
La Meseta Central de Isla Mauricio
Aficionados al trekking de todo el mundo tienen marcado en su mapa a Isla Mauricio como uno de los lugares más espectaculares para la práctica del senderismo. Una de las rutas más bellas te conduce a las cataratas de Tamarin, en la meseta central de la isla. Se trata del cañón más hermoso de Isla Mauricio, y está formado por once cascadas que se recorren en gran parte con una canoa, pero donde también podrás practicar la escalada, el rappel, los saltos de acantilados o, simplemente, darte un baño en aguas profundas. También en canoa tienes la posibilidad de participar en una travesía en Eau Bleue, en las cercanías de Curepipe. Se trata de un recorrido repleto de cascadas, saltos y aguas rápidas. En plena selva subtropical húmeda, las gargantas de la Riviere Noir te sorprenderán con su muy peculiar flora autóctona, al igual que la reserva natural de Domaine de Bel Ombre, con una enorme variedad de plantas medicinales y tropicales y la presencia de animales en libertad como ciervos, jabalíes o murciélagos. Más atrevida es la propuesta de acceder a la selva de Macchabée, que podrás disfrutar a lomos de un quad o un todoterreno, o practicando barranquismo o descenso de cañones, que harás utilizando distintas técnicas como el rappel en cascadas, la natación o el senderismo.
gastronomía
Isla Mauricio se extiende por algo más de dos mil kilómetros cuadrados en los que caben todos los estímulos para saciar tu apetito viajero. Mercados tradicionales, ciudades repletas de color, museos, gastronomía. Escenarios en los que llenar tu pasaporte vital de experiencias y momentos irrepetibles.
Los mercados de Isla Mauricio
Visitar los mercados tradicionales de Isla Mauricio es una experiencia única en la vida que no te puedes perder. Es el mejor modo de sentirte como un local más: acude por la mañana, en el momento de máxima afluencia, y allí podrás mezclarte con los mauricianos y mauricianas que acuden a comprar los ingredientes para preparar sus platos típicos, como son los carries (que equivaldrían al curry indio) o los mines frits (un plato de pasta preparada con verdura y carne). Los más populares son el de Port Louis, el de Quatre Bornes, el de Grand Baie, el de Caudan y el de Curepipe y en ellos podrás llenar tus maletas de los productos típicos de Isla Mauricio: el azúcar (durante siglos el producto más famoso de la isla), las maquetas de barcos antiguos (hay talleres artesanales con larga tradición), que te envuelven perfectamente para llevarlos en el avión de vuelta, y el ron, otro de los productos estrella de la isla y que podrás también adquirir en la destilería de Chamarel, una histórica fábrica de ron situada en el sudoeste de la isla que continúa activa hoy en día.
Caprichos foodies
Si la gastronomía es una de tus pasiones, en Isla Mauricio te aguarda una propuesta gastronómica en la que conviven una gastronomía tradicional con influencias de las cuatro esquinas del mundo con todo un ramillete de restaurantes, algunos de ellos con varias estrellas Michelin y donde el turista puede degustar algunos de los platos más típicos de la isla. Entre la comida local destacan el daube (un filete que puede ser de pollo o carne), el vindaye (un fritura de pescado recubierta de cúrcuma, jengibre, chiles y semillas de mostaza) o especialidades hindúes como el pulpo al curry.
El oro dulce
Hasta la irrupción del turismo, el mayor pilar de la economía de Mauricio era el azúcar. Cultivado desde la llegada de los primeros europeos, la isla ha producido desde entonces uno de los mejores azúcares del mundo, con tratamientos similares al del vino o el aceite de oliva -diferentes métodos de recolección, de conservación, etc.-, un auténtico capricho para gourmets que, además, como podrás comprobar en primera persona durante tu viaje, marca el carácter de la isla: Aún hoy, los campos de azúcar cubren grandes extensiones de Mauricio (más del 90% de la superficie cultivable). En una antigua fábrica de azúcar muy cerca del Jardín Botánico de Pamplemousses te espera uno de los lugares más interesantes de la isla, la finca L’Aventure du Sucre. Solo por el acceso a la finca -una avenida flanqueada de buganvillas y palmeras,con un lago rodeado de una vegetación exuberante- te sentirás recompensado, pero dentro te esperan aún más sorpresas: un museo de más de 6.000 metros cuadrados, una tienda y un restaurante con unas vistas espectaculares de la finca.
playas
Si pudieras diseñar tu propia playa, sin duda que sería como cualquiera de las que te están aguardando en Mauricio. Porque allí te esperan algunas de las mejores playas del mundo: espectaculares arenales protegidos por arrecifes de coral y con opciones de ocio para todos los gustos, en las que, sin darte cuenta, sentirás que el tiempo se detiene y cualquier preocupación simplemente desaparece.
El lugar donde siempre has querido estar
Prácticamente todas las playas son de lo más sugerentes, con un estado impecable y donde te vas a encontrar con que esa imagen de “playa paradisíaca” que tienes en la cabeza se convierte, por una vez, en realidad. De todas las playas de Mauricio, las más espectaculares se encuentran en la costa este, más salvaje y menos desarrollada que otros tramos del litorial de la isla. Allí, la belleza y pureza de los arenales de Belle Mare y Palmar, poblados de casuarinas, y vírgenes todavía en algunos tramos, te dejarán sin aliento. Aquí se encuentra la célebre barrera de coral que salvó a la isla del terrible tsunami de 2004, que además protege las aguas de las playas de la isla de grandes peces, y que forma a lo largo de esta costa una maravillosa laguna de aguas de color azul turquesa, donde podrás practicar casi todas las actividades deportivas acuáticas.
Playas para todos los viajeros
Las playas del oeste de Mauricio tienen la mejor compañía posible: los atardeceres más espectaculares de la isla. Dentro de su amplio abanico de arenales, las más destacables son la playa de Tamarín, el centro de la vida surfera de Mauricio, debido a la ausencia de la barrera coralina; y la playa de Flic en Flac, en la costa oeste, a 50 kilómetros del aeropuerto. En el norte, la playa de Mont Choisy, a diez minutos en coche de Grand Baie, es una debilidad para los más jóvenes a la hora de deleitarse con los atardeceres en la costa norte, ideal para la práctica de deportes náuticos y con una animada vida nocturna. El sudeste es el lugar al que debes acudir para llenar la memoria de tu smartphone, pues es donde la costa se vuelve más espectacular, con acantilados y farallones que caen al mar, que rompe en ellos creando inolvidables momentos. Y no te olvides del mejor broche posible: la playa de Le Morne, al pie de la mítica montaña declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2008, en la punta suroeste, al frente de las playas más bellas del sur y de los hoteles más aislados de la isla.
Un collar de islas e islotes.
Las más de veinte islas e islotes que rodean Mauricio también merecen mucho tu atención. Nombres como los Coin de Mire (una isla triangular con forma de vela de barco y que es reserva natural), l’ille aux Bénitiers (“la isla del agua bendita” porque su forma parece la de una pila bautismal, y que está situada frente a Le Morne; los pescadores del pueblo de La Gaulette estarán encantados de acercarte a ella en sus barcas tradicionales para que puedas disfrutar de sus playas vírgenes) o Isla Rodrígues (a más de 500 kilómetros de isla Mauricio y con un tamaño algo inferior al de Ibiza, es un mundo aparte donde todo tiene otro ritmo: inolvidable) se quedarán para siempre impresas en tu pasaporte viajero. Pero, de todas ellas, ninguna sorprende tanto como la Isla de los Ciervos (Île aux Cerfs), en la costa este, un paraíso de apenas trescientas hectáreas donde crecen las casuarinas que se balancean al ritmo de los vientos alisios creando un apacible rumor que es una de las mejores bandas sonoras con las que podrás acompañar cualquier momento de tu vida. En la isla de los Ciervos, accesible en fueraborda o del modo más viajero, en una piragua tradicional, refulgen uno de los mejores campos de golf del mundo, una playa igualmente de ránking mundial en la que dejar pasar el tiempo sin preocupación. Y no te olvides tu equipación: el paisaje submarino de la isla -rocas, coral, algas, bancos de erizos, peces...- merece ser enmarcado.
cultura
La riqueza de su cultura es tan exuberante como su propia naturaleza.
Es variada, colorida, amplia, rica, estimulante, pacífica, alegre, extrovertida y por supuesto riquísima en mezclas. Son muchas las culturas que han dejado su influencia en Mauricio; Asia, África, Europa e incluso Oceanía y se pueden rastrear en tradiciones de todo tipo, desde las recetas típicas hasta su folclore.
Port Louis
Con la habitual compañía de los flamboyanes (el árbol de flor roja que prolifera por toda la isla), tu siguiente destino es Port Louis. Es la capital de la isla, el auténtico centro comercial y financiero de este país que alcanzó su independencia en 1968, y donde no debes dejar de visitar su Mercado Central (1844), todo un regalo para los sentidos con sus bancas de las frutas y verduras y un magnífico escenario para adentrarse en el mundo del regateo y de las compras de su bazar (¡se venden incluso diamantes!). Desde las afueras, se divisa una fantástica panorámica del puerto franco y de la ciudad, en la que destaca su célebre hipódromo de Champ de Mars, el más antiguo del Hemisferio Sur. Los sábados y domingos, entre abril y diciembre, se disputan en una atmósfera electrizante las carreras de caballos que constituyen uno de los pasatiempos favoritos de los mauritanos.
Mahébourg
En el sureste de la isla, en la bahía de Vieux Port, te espera Mahébourg, el lugar donde los holandeses -los descubridores de la isla- desembarcaron en el siglo XVI, y donde debes visitar el monumento a la abolición de la esclavitud, construido en 1835, y la antigua fábrica de galletas de Mandioca, perteneciente a la familia Rault desde el siglo XIX, aunque siguen guardando celosamente el secreto de estas galletas artesanales de harina que puedes degustar al final del recorrido.
Crisol de tradiciones
Europeos, árabes, africanos, indios, orientales... Casi todos los pueblos del mundo han hecho de Isla Mauricio su hogar, lo que la convierte en uno de los lugares más ricos en diversidad del planeta. Ese carácter único se presenta a ti del modo más festivo y colorido en sus tradiciones y eventos: un mestizaje cultural en el que caben el Año Nuevo Chino, festividades hindues como el Maha Shivaratri –que se celebra durante tres días entre febrero y marzo y que es la festividad hindú más importante fuera de la India- o el Holi –que se celebra también en los meses de febrero y marzo y en ella, se baña a todo el que quiera con polvos de colores y agua, lo que la convierte en un espectáculo colorido de gente de muchas culturas.