QUEBEC

Es difícil no sucumbir a los encantos del Viejo Québec, cuna de la América francesa y la única ciudad amurallada al norte de México. La mejor forma de admirar su excepcional patrimonio es perdiéndote por sus calles empedradas de más de cuatro siglos de antigüedad y deleitándote con sus muros de piedra, sus catedrales rematadas por enormes agujas y sus cafés con música en directo que dan un ambiente romántico y sugerente a esta increíble urbe, comparable a cualquier gran ciudad europea. La UNESCO declaró el Distrito Histórico de Quebec, Patrimonio de la Humanidad en 1985.

CANAL RIDEAU

Catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2007, el canal Rideau fue una obra de gran envergadura en su tiempo, con un coste económico y humano extraordinario. Se extiende a lo largo de 202 km por los cursos de los ríos Rideau y Cataraqui y fue construido a principios del siglo XIX con fines principalmente militares y estratégicos, en una época en que Gran Bretaña y Estados Unidos se disputaban el control de la región. En la actualidad su uso es exclusivamente turístico y de navegación para las embarcaciones de recreo. Como curiosidad, en invierno el canal se congela y se convierte en la pista de patinaje más grande del mundo.

CASA LOMA

Otro de los atractivos menos conocidos de la ciudad de Toronto, pero no por ello menos interesante, es la mansión Casa Loma. Construida en 1914 por el excéntrico y visionario multimillonario Sir Henry Pellatt a imagen y semejanza del castillo de Balmoral en Escocia, esta fastuosa construcción de 6.000 m² y 98 magníficas habitaciones fue la mayor residencia privada de Canadá en su época. Diez años más tarde, los altísimos gastos de mantenimiento de la casa arruinaron a Pellatt, obligándole a venderla. Finalmente, en 1933 la ciudad de Toronto compró la mansión y la abrió al público como museo. Pasear por las más de dos hectáreas de sus exuberantes jardines, es un toque de aire fresco en esta bulliciosa ciudad.

PARQUE NACIONAL LA MAURICIE

Si quieres perderte en la naturaleza y escapar del estrés que producen las grandes ciudades, el parque nacional La Mauricie es el lugar perfecto. Creado en 1970, el parque está situado en las montañas Laurentides, en la provincia de Quebec y es un espectáculo natural que alberga cientos de arroyos, cascadas y lagos de aguas cristalinas, así como árboles milenarios de singular belleza y una fauna compuesta por alces, castores, nutrias y el impresionante oso negro. Te sugerimos dar un paseo en kayak por las tranquilas aguas del lago Wapizagonke, hasta llegar a una pequeña playa donde podrás relajarte y disfrutar de un refrescante baño.

VIEUX-MONTREAL

Montreal tiene una marcada herencia colonial francesa y eso se refleja en muchos lugares de la ciudad como su centro histórico, también conocido como el Vieux-Montreal. Y la mejor manera de conocerlo es recorrer a pie sus calles adoquinadas repletas de hermosos edificios de piedra gris. Entre los lugares imprescindibles destacan la Place d’Armes y su estatua en honor a Maisonneuve, fundador de la ciudad; el antiguo seminario de Saint Sulpice —el edificio más antiguo de la ciudad—; y la bellísima basílica neogótica de Notre-Dame, inspirada en la Sainte-Chapelle de París, es uno de los patrimonios más preciados de Montreal y fue el lugar donde Céline Dion contrajo matrimonio en 1994.