De todos es sabido que el puente de Brooklyn es uno icono de Nueva York y uno de los más famosos del mundo. Ya sea cruzar sus casi dos kilómetros a pie o en bicicleta, es algo que no deberías perderte. Disfrutarás de unas vistas insuperables del sur de Manhattan, sintiendo la brisa del East River en tu cara: una experiencia inolvidable. Para reponer fuerzas, te sugerimos probar la pizza de Grimaldi’s, justo debajo del puente, de las mejores de la ciudad.
Hay un sorprendente lugar en Nueva York donde podrás comerte unos deliciosos espaguetis con albóndigas, darte un relajante masaje de pies o comprar en decenas de originales tiendas, todo sin salir del mismo sitio. Este lugar es el Mercado de Chelsea. Ubicado en distrito histórico de Gansevoort Market y construido en la década de 1890, es conocido por haber albergado la fábrica de National Biscuit Company (NaBisCo), lugar donde se inventaron las archiconocidas galletas Oreo. Y si eres amante de los donuts, no puedes perderte los de Doughnuttery, de los mejores de la ciudad.
Si hay una calle famosa en Nueva York, esa es la glamurosa Quinta Avenida. Conocida también como la avenida de los millonarios, recorre Manhattan de norte a sur —como todas las avenidas de la ciudad— y sus apartamentos, tiendas de moda y boutiques se alquilan a precios prohibitivos, de los más caros del mundo. Esta importante arteria nace en Washington Square Park, en el Greenwich Village y discurre hacia el norte a lo largo del centro de Midtown, paralela a Central Park. Cuando pasees por ella, podrás encontrar famosos museos como el Metropolitan Museum, el Museo de Historia Natural o la famosa joyería Tiffany’s, donde Audrey Hepburn desayunaba frente a su escaparate en la oscarizada película “Desayuno con diamantes.
Conocido simplemente como Village, este icónico barrio fue cuna del movimiento punk norteamericano y del fenómeno contracultural de los años 60 y 70. Además, es uno de los barrios favoritos de las celebrities y amantes de las series. No en vano, aquí se han rodado éxitos como “Sexo en Nueva York” o “Friends”. Pero a pesar del eclecticismo del lugar, podrás pasear tranquilamente por sus calles olvidándote de los enormes rascacielos y te sentirás como si se estuvieras recorriendo un pequeño pueblecito con sus browstone houses, o casas de piedra parda. Por la noche, te recomendamos cenar en alguno de sus numerosos locales con música en directo y terrazas al estilo europeo.
Una de las muchas cosas que no debes perderte en tu estadía en Nueva York es la visita a la Estatua de la Libertad. No solo por el valor simbólico del monumento, sino por las fantásticas vistas panorámicas del bajo Manhattan que tendrás durante el viaje gratuito en ferry a la isla de la Libertad. La estatua fue donada por el pueblo francés en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como signo de amistad entre los dos países.
