Tánger

Es la gran ciudad del norte de Marruecos, puerta de entrada al continente y capital de estrecho de Gibraltar. Por ella pasaron multitud de civilizaciones en la antigüedad y fue disputada por grandes potencias en los últimos siglos, eso hace que se note la mezcla de culturas y tradiciones. Para recorrerla hay que acostumbrarse a sus empinadas callejuelas ya que se encuentra situada sobre una colina. Imprescindibles el barrio Bereber y el Museo de la Kasbah.

Asilah

Asilah es una ciudad costera que sorprende a todo el que la visita, sus coloridas casas y su Medina, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no dejan indiferente a nadie. Vale la pena recorrer el zoco en busca de artesanías tradicionales o tomar un té a la menta en alguno de sus bares con vistas al mar. Recuerden regatear, como en todos los mercados de Marruecos, y disfrutar de las compras y el día.

Plaza Jamaa El Fna

Es el símbolo de Marrakech, el núcleo de encuentro y concentración de todas las actividades culturales, religiosas y de ocio. Se encuentra en la entrada de la Medina y aunque durante el día el ambiente es muy tranquilo, a partir de que empieza a caer el sol se transforma en un espectáculo en todos sus rincones. Su actividad es muy diversa, puedes desde comprar dátiles, ropa o alfombras hasta escuchar a un narrador de historias, presenciar una danza típica o permitir que un adivino te lea las cartas.

Barrio Judio De Fez

El Mellah de Fez es el más antiguo de los barrios judíos de Marruecos, se encuentra muy bien conservado y está situado dentro de la Medina y muy próximo al Palacio Real, esto se debe a la buena relación que han tenido siempre los monarcas marroquíes y las comunidades judías. Mantiene sus dos sinagogas y su arquitectura que se diferencia a la del resto de la Medina siendo más parecida a la del sur de España.

Chefchaouen

Es una de las ciudades más reconocidas de Marruecos, su color azul cielo, combinado con las flores hacen que sea fácil identificarla y un destino muy elegido por los amantes de la fotografía. La mejor forma de conocerla es recorrerla sin un propósito fijo y perderse por sus coloridos muros. La plaza Uta el-Hammam, cuenta con un montón de bares y restaurantes donde te puedes sentar a descansar mientras observas la vida de Chaouen con la Gran Mezquita de fondo.