Nada con el tiburón ballena en Holbox
Hace apenas cien años, el mundo conocía la existencia de la ciudadela de Machu Picchu, una extraordinaria obra de ingeniería que los incas tardaron medio siglo en construir y que hoy aún nos preguntamos cómo y, sobre todo, para qué levantaron una ciudad como esta a 2.430 metros de altitud. Una vez que estés allí, observarás a lo lejos una imponente montaña escarpada de 2.720 metros de altura, desde la cual los incas tenían una visión completa del valle y podían vigilar cualquier posible intrusión enemiga en la ciudadela sagrada. Es el Huayna Pichu, también conocida como montaña nueva en su traducción del quechua y que, si te gustan las alturas y gozas de buena condición física, no debes pasar la oportunidad de subirla. Considerada como una de las mejores caminatas cortas del planeta, el esfuerzo de transitar por estrechos y zigzagueantes senderos y subir empinadas escalinatas con precipicios de vértigo, tiene recompensa. Hollar el Huayna Picchu te regalará unas privilegiadas vistas del serpenteante río Urubamba y de la ciudadela con los Andes como telón de fondo, solo al alcance de los cóndores. Ten en cuenta que el acceso al Huayna Picchu está limitado a 400 personas diarias, por lo que te recomendamos reservar con al menos un mínimo de 3 meses de antelación.