De todos es sabido que Brasil es uno de los lugares más cautivadores del planeta. Un país de infinitas playas de arena blanca, selvas tropicales y bulliciosas metrópolis llenas de ritmo y sensualidad cuyos habitantes contagian al viajero dondequiera que suene la música. Y aunque esas bellezas naturales atraen a miles de turistas durante todo el año, hay un atractivo especial que solo se descubre al llegar: el pueblo brasileño.